Saber usar las técnicas de estudio es sinónimo de trabajo constante, estratégico y concentrado.
Es preciso planificar por adelantado los temas que se trabajarán durante cada trimestre y, con tiempo, empezar a leer y realizar los mapas mentales o resúmenes de los temas que podemos adelantar por cuenta propia.
De esta manera, tendremos la mitad del trabajo asimilado con lo cual los días de evaluaciones sólo nos quedarán los repasos de ejercicios y simulacros de exámenes.
Para poder llevar esta tarea con eficacia, es importante acompañar el trabajo académico con una buena gestión emocional, sobre todo: motivación, concentración y tolerancia a la frustración.
Las clases de Técnicas de estudio enseñan y refuerzan constantemente este proceso hasta que cada estudiante consigue hacer un hábito sostenible